IRLANDA de Espido Freire
Ahí comezaba a espesarse el bosque, y de niña imaginaba que las ramas que se recortaban contra el cielo eran brazos de trasgos y muertos que trataban de atraparme. Cerré los ojos y pensé en Sagrario. En algún lado de esa tierra se alzaban sus brazos débiles, petrificados en un roble.
(pag. 22)
A pesar del nombre de la novela, ésta no tiene nada que ver con el país, no es una guía de viajes, ni una novela situada en dicho pais europeo. Irlanda es el nombre de la prima y objeto de envidia de Natalia, protagonista y narradora de esta breve novela.
Después de la muerte, en mayo de Sagrario, hermana de nuestra joven protagonista, la madre de ésta decide mandarla a la casa del pueblo de la familia, para así ayudar a superar el trago de la muerte de su hermana (un año menor). Estas vacaciones de verano, las pasara con sus dos primos (Irlanda y Roberto) y tres amigos de estos (un chico, amigo del primo, y dos chicas, amigas de Irlanda -o, mejor dicho, fans incondicionales, seguidoras-).
La novela, a pesar de tener un argumento un tanto juvenil, un argumento de una historia cualquiera, en cualquier familia, que puede pasarle a cualquier joven (ya no sólo mujer, hoy en día las envidias se dan entre hombres, y si no que se pregunte por el ambiente en el que nos movemos mis amigos y yo), a pesar de todo esto, decía, la novela se mueve en un estílo claramente gótico, con fantasmas (como Sagrario), con animales que aterran a la protagonista en sueños. Es, en mi opinión una novela llena de muerte, pero no de esa muerte oscura que marca un final, si no de esa otra muerte que se queda, que nos envuelve en un halo de luz, más o menos grisacea, y que nos recuerda que, tal vez, después hay algo.
La relación entre Natalia e Irlanda será la que centré la novela, una relación llena de envidias, y de celos, con dimes y diretes; una relación en la que se enfrentan dos visiones de lo femenino, la virtuosa y la malvada (aunque no quede muy claro al final cual es cual).
Una novela sobre la envidia y la venganza, con un final que, a mí personalmente, me fascina; una novela plagada de conjuros, flores secas y fantasmas.
La propia Espido explica como llegó a su concepción en una entrevista con Felix Linares:
"Mira, ¿sabes de dónde surge esta novela? Yo tenía 15 ó 16 años. Estaba estudiando en el instituto de Llodio y tenía la conciencia de que escribía bastante bien. No sabía hasta qué punto bien, pero había sido la empollona, era la que más leía en el colegio... De alguna manera se va llegando a una edad en que cada persona sabe que destaca por algo: por el deporte, porque eres la más mona, etc. En mi caso era porque yo hablaba bien y escribía bien. En aquel entonces me dedicaba de forma bastante intensa a la música [..], aparte de ser ya rara y empollona, cantaba opera y era la que cantaba con José Carreras. Y yo lo que quería era ser animadora, yo quería una vida normal, quería ser guapa, dinámica, atractiva, tonta, rubia, cualquier cosa, algo que me llenara con ese tipo de valores que imperaban entonces, que, básicamente, estaban importados de Sensación de vivir y otras series de televisión.
No obstante, ni era rubia ni animadora ni nada parecido, y además estaba descubriendo en ese contacto con el mundo exterior, con el mundo de la música, que yo no tenía las armas suficientes como para enfrentarme al mundo, que había sido educada en una serie de valores un tanto anticuados y que, ni la bondad, ni la constancia ni posiblemente el talento me iban a servir de mucho si no venían acompañados de astucia, de una ambición desmedida y de mucho tesón. [...]
Recuerdo que había una muchacha en el instituto que no solamente tenía todo el aspecto de la animadora y era una belleza simpática y social, sino que además resultaba bastante inteligente, sacaba buenas notas y era esa persona en la que te quieres convertir. Yo estaba entonces en 3.º de BUP, creo, y nos habían mandado a un antiguo laboratorio del instituto, un sitio bastante horrendo donde no había ventanas. Entonces, yo salía un día para mi clase y esa chavalita bajaba. Había llovido. El suelo estaba bastante resbaladizo, tropezó y resbaló por las escaleras. Entonces yo la cogí; y dijo: "gracias", y yo respondí: "de nada". Continué subiendo y ella siguió bajando; y según estaba llegando a mi clase pensé: "Pero qué tonta eres, ¿por qué las has cogido?". Y mi angelito bueno iba diciendo: "No, pobrecilla, se podría haber roto una pierna". Y yo: "¿Una pierna? Eso supone dos meses sin minifalda". Cuando llegué al aula, me encontraba inmersa en un debate moral bastante intenso[...]"
La novela es simplemente deliciosa.
Allí enterramos su recuerdo y sus ojos fríos, y allí vivió por siempre, sin regresar jamás, sin visitarme en sueños, atrapada en la ronda laberíntica que yo había tejido durante tanto tiempo para ella, con tanto cuidado, con tanto cariño, con los espíritus nuevos de mis noches.
2 comentarios
Hammerklavier -
Sí. Melocotones Helados es, tal vez, para mi gusto el peor libro de la Freire.
\"Irlanda\" fue su primera novela y una de las mas interesantes.
Un beso.
gabriela -
Yo de Espido Freire sólo he leido \"Melocotones helados\", aquel libro que fue premio planeta, y la verdad es que me pareció tan malo que desde entonces le tengo manía, pa\'que negarlo. Ahora veo que hablas tan bien de este libro que quizás me esté perdiendo algo, no sé... ¿Debo darle otra oportunidad? :-)